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viernes, 21 de agosto de 2009

JULIO: Pregonero en el 2009


PREGÓN: FIESTAS SEPTIEMBRE 2009

SISANTE SE SIENTE. SIENTE SISANTE

¿Qué es Sisante?. Como en casi todas las cosas importantes, es más fácil contestar negando que afirmando. Sisante no es un conjunto de casas de un lugar de la mancha, no es el sitio al que regresamos los que un día salimos, no son los cuatro chascarrillos que puedan oírse en la plaza a lo largo del año, no son las anécdotas que año a año los pregoneros cuentan en la feria, no es la historia de Nuestro Padre Jesús Nazareno, ni tan siquiera es donde nacen los sisanteños –eso es muy trivial, eso es azar, circunstancial-. Sisante no es lo que “Otros” dicen que es, no es lo que “Otros” hacen. Sisante no es lo que “Otros” quieren que sea.

Tu pueblo y el mío. Queridos paisanos, hoy soy yo el pregonero de estas fiestas 2009, soy yo y al tiempo sois todos vosotros, pues voy a deciros lo que todos diríais y de esta forma sentir lo que todos ya sentimos. Sisante es lo que “Nosotros” queramos que sea. Siante es lo que “Nosotros” sintamos. Sisante es lo que “Nosotros” hagamos. Quizás alguien no me entienda; que no se preocupe. Si en fiestas y reuniones como éstas, nota algo por dentro que no nota en otro sitio, no necesita entender nada: Sisante lo lleva dentro.

Nuestro pueblo. Es pequeño, es un mundo quizás muy pequeño, pero al tiempo lo vemos como el más grande –misterios del cristal con el que se pueden mirar las cosas, o misterios del corazón que dirían los románticos-, para nosotros engloba TODO: nacimiento y muerte, amor y odio, risas y llantos, pasado y futuro. Tienen que pasar años y tenemos que mirar fuera para ver y descubrir lo que tenemos dentro, es algo casi natural en todas las facetas del egoísta ser humano. Y, ¡oh sorpresa!, descubrimos lo que realmente entre todos vamos construyendo, lo que construyeron nuestros padres y construirán también nuestros hijos, aún sin saberlo: la vida de nuestro pueblo. “Pequeño y Grande” a un tiempo, “Insignificante y Esencial”, “Nada y Todo”. Yo conocí a una chica que decía que no tenía pueblo y protestaba apenada porque en verano no podía ir a veranear a su pueblo; ignorante, pensaba que un pueblo son cuatro casas. Un pueblo no son cuatro casas, ni tan siquiera unos recuerdos o unas historias, ni tampoco unas determinadas gentes. Un pueblo es un sentimiento. El que no lo haya descubierto así…, que se fastidie pues no sabe lo que se pierde. Y si a alguien de aquí se lo tengo que explicar..., pues le aconsejo que más que abrir sus ojos debiera abrir su corazón.

Recuerdo que cuando niño
me pareció mi pueblo
una blanca maravilla,
un mundo mágico, inmenso;
las casas eran palacios
y catedrales los templos;
y por las verdes campiñas
iba yo siempre contento,
inundado de ventura
el mirar el limpio cielo,
celeste como mi alma,
como mi alma sereno,
creyendo que el horizonte
era de la tierra el término.
No veía en su ignorancia
Mi inocente pensamiento,
otro mundo más hermoso
que aquel mundo de mi pueblo;
¡qué blanco, qué blanco todo!,
¡todo qué grande, qué bello!.
Remembranzas (Juan Ramón Jiménez)

En Sisante crecí. Al correr y jugar en pantalón corto por estas calles empiezas a ver el mundo. Quizás pequeño para otros, pero enorme, gigantesco para ti que aún eres inocente y estás descubriéndolo todo. Subiendo por la cuesta de La Muela en bicicleta, ayudándole a mis padres, yendo a merendar a las afueras y descubriendo los pueblos de al lado. Así lo recuerdo yo. Fue mi mundo, el tuyo también querido paisano, el Nuestro. Una comunión, unos juegos, unas historias, unas escuelas, unos amigos, unas fiestas. Pequeño quizás, no digo que no, pero llenándolo todo.
Sisante recordé. Luego creces, estudias fuera, viajas, vas a grandes ciudades, conoces a mucha gente, haces muchas cosas. Cruzas el charco, descubres otras culturas, otros pueblos. Pasan muchos años y ya tu pueblo es una visita, un recuerdo, un punto en el mapa. Hasta pierdes recuerdos. Lo ves pequeño, lejano e incluso distante. Descubres lo grande que es el mundo y lo pequeño que ha quedado el tuyo. Echas raíces por otros lugares y con otras gentes, ese otro mundo tan grande ha eclipsado y a veces hasta sustituido completamente el anterior.
A Sisante regresé. Pero misterios de la naturaleza humana. No te paras, sigues haciendo cosas y descubriendo el mundo, ahora no sólo el tuyo sino también el de tus hijos. Más grande e importante que el anterior, ¡qué te creías!. Así, casi sin quererlo, te has topado con una realidad evidente, que se repite desde siempre, sólo has necesitado los ojos de los hijos mirando hacia delante para mirar atrás y descubrir que ese mundo “global” es tan grande y tan importante como ese mundo “local”. Es el mismo que al principio. El mismo.

¿Sisante, España, el Mundo?
¿Somos nosotros, nosotros?
Allí donde estemos, estará siempre nuestro pueblo.
¡Nosotros, somos nosotros!
¡El Mundo, España, Sisante!
¡¡Sisante eres tú!!

Sisante es y será lo que nosotros queramos que sea, lo que nosotros construyamos. Lo que nosotros, tu y yo, todos, sintamos, hoy y todos los días del año.

Ahora por unos días dejaremos aparcados nuestros problemas, nuestras obligaciones y deberes del día a día, hasta es posible que nos olvidemos un poco de las gripes y de las crisis. Veremos y correremos el toro carretilla. Reiremos y charlaremos con el que está aquí todos los días, también con el que viene de uvas a peras. Comeremos y beberemos algo más de la cuenta. Bailaremos y pasearemos por nuestra plaza. Trasnocharemos y tomaremos las calles. Lo pasaremos bien, que para eso son las fiestas.

¡Aparquemos los madrugones indeseados y los días fastidiados!
¡Aparquemos a esos vecinos aguafiestas y a esos familiares desagradecidos!
¡Aparquemos la hipoteca, la crisis y sus inventores!
¡Aparquemos nuestras preocupaciones por unos días!

¡¡DISFRUTAR y que comience la fiesta!!


Nací en Sisante en el 63, hijo de Tomás y Esther, hermano de Agustín y Tomás, y padre de Cecilia y Mateo. Actualmente viajando casi sin parar, colgado de un teléfono o de un correo electrónico, residiendo entre Albacete, Madrid y Cantabria, con demasiadas escapadas a México DF. Con ganas de perderse siempre, ¿dónde?, en mi casa.

Licenciado en Ciencias Físicas en la especialidad de Óptica y Estructura de la Materia. Máster en Sistemas Informáticos. Máster en Prevención de Riesgos Laborales en las especialidades de Seguridad, Higiene Industrial y Ergonomía y Psicosociología. Auditor en Seguridad y Salud Laboral. Y otros muchos cursos o seminarios por ahí desperdigados que me han proporcionado el poder seguir disfrutando aún de una tarde de estudio, sólo por el placer de conocer, o pasando horas delante de un tablero de ajedrez analizando cualquier partida, que es de lo que más he estudiado en mi vida y de lo que menos sé.
Analista Informático en entidades financieras desde el 86 hasta el 92, año en el que hago caso a unos amigos de IBM y entro en INSA S.A. donde allí llegue a Director Técnico hasta que en el 97, con la ruptura de la relación contractual, digamos empecé una nueva etapa; con una lección bien aprendida: nunca más trabajar sin ser accionista. Más tarde descubrí que además de serlo, accionista, había que no ser minoritario. Siempre aprendiendo. A partir de ahí creador de varias empresas y proyectos hechos realidad: informática (SIEV), consultoría (TINFOCER), Riesgos Laborales (ACTIVA), Planes de Emergencia (SPV), Iluminación (ECOS). Y estos últimos años también en Ingeniería e Instalaciones Fotovoltaicas con la creación y puesta en marcha de un grupo de empresas: IMMODO S.A.

Viajar, disfrutar y aprender han marcado, y marcan, mi vida. En un principio, mis padres, después, todos los compañeros de aventura, especialmente Teresa –la madre de mis hijos-, también libres para viajar, disfrutar y aprender. De vez en cuando hacemos un alto, para mirar, para respirar, incluso para bifurcar caminos, y así seguir adelante con más ánimo, fuerza y proyectos. Mi biografía no la escribo yo sólo, también la escriben ellos. Gracias, y a seguir: viajando, disfrutando y aprendiendo. Viajando a la vida, disfrutando de la vida y aprendiendo de la vida. ¡La vida, que nos ha dado tanto!.